miércoles, 10 de octubre de 2012

DIETAS DEL ADN: ¿TRUCO O TRATO?

Desde hace años y partiendo de la premisa que las recomendaciones generales de comer “bien” y practicar ejercicio a nosotros no nos funcionan, cada cierto tiempo salen a la luz nuevas dietas revolucionarias, que solucionarán rápidamente nuestros problemas de sobrepeso/obesidad, sin esfuerzo y de forma definitiva.
Es precisamente ese componente revolucionario, el que nos seduce. Al tratarse de algo nuevo ¿Quién nos garantiza que no funcionará? Esa pequeña reflexión unida al halo místico y novedoso que suelen llevar consigo este tipo de dietas (libro, alimento estrella, suplemento dietético, prueba analítica específica) termina por convencernos.

  
 A finales de los años 90 y con el objetivo de conseguir una dieta totalmente personalizada, surgieron distintos tests para el diagnóstico de intolerancias alimentarias -de cuestionable procedimiento e interpretación fisiológica-.
 Pero es en los últimos años cuando se ha empezado a comercializar un nuevo tipo de dieta más avanzada. La dieta del ADN. 


Todos tenemos un conocimiento más o menos abstracto de lo que es el ADN. -Ese lugar donde nuestras células almacenan toda la información para poder realizar su trabajo y que además es único e irrepetible para cada persona-. Algunos además conocen que pequeñas variaciones en el ADN (Single Nucleotide Polimorfism) implican modificaciones en el funcionamiento de nuestro organismo que pueden tener implicaciones de salud. 
 En cualquier caso esa idea de único e irrepetible nos induce a pensar que una dieta basada en nuestro ADN será totalmente personalizada y adaptada a nuestras necesidades personales.

 Pues bien, como en la mayoría de mis últimos posts, no es oro todo lo que reluce… 

 
Efectivamente existen pequeñas modificaciones en nuestro ADN que se han asociado con una mayor predisposición para sufrir ciertas enfermedades. Por ejemplo una variante particular del gen (ApoE) relacionado con el metabolismo de las grasas podría incrementar las posibilidades de sufrir Alzhaimer.
  
Sin embargo las empresas que comercializan este tipo de tests están yendo más deprisa que la propia ciencia...

 Es precisamente ahora cuando se está empezando a descubrir el papel de estas modificaciones en la alteración de la fisiología y la homeostasis molecular y en definitiva su papel en el desarrollo de enfermedades. El conocimiento de modificar la dieta según estas variantes para prevenir la aparición de enfermedades es todavía mucho más limitado. 

En sintesis, el conocimiento actual sobre nutrigenética o efecto de las variaciones genéticas en la interacción entre dieta y enfermedad no es suficiente para desarrollar este tipo de tests. 

Raúl Urdaniz Tapiz
Nº Col. NA 00253 

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